¿Por qué ir al fisioterapeuta?

05/06/2025
Ricard Cornellà

La fisioterapia es una especialidad en las ciencias de la salud que ha ido evolucionando mucho desde sus inicios hasta la actualidad. Inicialmente, los fisioterapeutas combinaban sus estudios con enfermería. Poco después, aproximadamente hace 30 años, se convirtió en una especialidad en sí misma.
Desde entonces un fisioterapeuta ha pasado de ser un apoyo al traumatólogo sobre las terapias musculoesqueléticas, a ser un auténtico profesional de la salud, que conoce otras muchas áreas y especialidades, que se integra en trabajos multidiscipilinares y que se interrelaciona sin complejos con la medicina.
Por eso, además de las razones habituales e históricas por las que acudir a un fisioterapeuta, hay muchos otros motivos que justificarían su visita.
Motivos 'típicos': afecciones músculo.esqueléticas:
Dolor en columna vertebral: cervical, torácica o lumbar
Tratamientos post-quirúrgicos ortopédicos (columna o extremidades)
Traumatismos puntuales agudos: contusiones, esguinces, tortícolis, roturas musculares o ligamentosas, tendinitis, …
Dolores crónicos; tratamientos paliativos

Aparte de todas estas razones más convencionales, debe destacarse también que los fisioterapeutas se están formando con otras especialidades complementarias, o bien se han acostumbrado a interaccionar con otros especialistas de la salud. Así pues, ir al fisioterapeuta puede y suele significar también realizar un seguimiento más o menos exhaustivo de múltiples aspectos relacionados con la salud del paciente tales como: la postura, parámetros médicos fundamentales como la frecuencia cardíaca, la TA o el retorno venoso, hábitos dietéticos-nutricionales, hábitos de actividad física, hábitos de descanso, evalúos pediatría u otros aspectos como la visión, la mordedura y la relación con la articulación ATM, etc.
Dentro de este abordaje global han ido aparecido los osteópatas que se caracterizan por ser especialmente integradores y, realizando un abordaje holístico del individuo, procuran interrelacionar la máxima cantidad de variables posibles en la valoración y tratamiento de los pacientes. Así pues, aspectos en principio no propios de la fisioterapia como las digestiones, alteraciones uroginecológicas, las cicatrices antiguas, dolores en principio no asociados, el equilibrio, la vista, la salud de la boca, aspectos metabólicos como el ácido úrico o patologías reumáticas, … todo es considerado y no menospreciado a la hora de tener en cuenta qué y cómo puede afectar al motivo por el que el paciente ha acudido a la consulta de fisioterapia.
Mención aparte tiene la actividad física dentro de ese enfoque multidisciplinar. Estamos en un momento en el que la fisioterapia y la actividad física son prácticamente indisociables.
El terapeuta debe ayudar al paciente a 'encauzarse', a 'enfocarse'. Pero el tratamiento a largo plazo debe realizarse a través del propio paciente y de sus hábitos de vida. Autogestionándose la salud a través de los buenos hábitos alimenticios, de descanso y de actividad física moderada.
Si la medicina pudiera recetar actividad física en píldora, sería la píldora más recetada del mundo.

Así pues, ir al fisio ya no sólo es por:
Dolores agudos
Mejorar la convivencia con dolores crónicos
Algún masaje de vez en cuando…


Sinó que es un hábito que está bien ir haciendo rutinariamente (pex cada 2-3 meses), para evaluar posturas, dolores, tendencias y disfunciones diversas. Ya sean sintomáticas como subclínicas (se presentan pero sin dar una sintomatología evidente). Y el fisioterapeuta actuará en consecuencia. Ya sea tratando directamente, o derivando a otro especialista que pueda complementar o tratar más y mejor al paciente.
Hay que tener claro que para cualquier profesional, una buena derivación puede considerarse un éxito propio.
Por ejemplo, un vértigo o inestabilidad puede tener que ver con columna cervical, neuropatías, tumores, vascularización craneal, vista, boca o canal vestibular. Y con una exploración clínica adecuada, un fisio puede tener herramientas para identificar qué profesionales pueden ser los indicados para abordar al paciente. Así que puede tratar o derivar acertadamente a un podólogo, neurólogo, odontólogo, optometrista u otorrino.
Por eso pensamos que debería empezar a hablarse de la existencia del FISIOTERAPEUTA DE CABECERA. Que representa la figura de un profesional de la salud que conoce al paciente multifactorialmente. Conoce a la persona, la familia, el contexto, el trabajo, los antecedentes, las aficiones y los hábitos de vida del paciente.
Este enfoque mejora enormemente las posibilidades de acierto a la hora de valorar y tratar a un paciente.

Y en PoloSalud tenemos 8 fisioterapeutas de cabecera a disposición de todos los socios, con la única misión de ayudar en todo lo posible, que creemos que puede ser mucho.

 

Ricard Cornellà

Col. 6115

Fisioterapeuta, osteópata y lic. en educación física